Glengarry Glen Ross (1992)
Dirigido por:
James Foley
Escrito por:
David Mamet (basado en su obra de tetro)
Cast
Al Pacino
Jack Lemmon
Alec Baldwin
Alan Arkin
Ed Harris
Kevin Spacey
Jonathan Pryce
Bruce Altman
Producido por:
Morris Ruskin
Jerry Tokofsky
Stanley R. Zupnik
Música original:
James Newton Howard
Cinematografía por
Juan Ruiz Anchía


Nombre: John Williamson
Cargo: jefe de una oficina de ventas de propiedades al borde del colapso.
Edad: En los cuarenta, probablemente nació con esa edad, no podría imaginarle una infancia.
Su pecado: Hablar más allá de lo debido, gritar más allá de lo permitido, insultar más allá de lo soportado.
Su castigo: Una pequeña humillación, claramente su condena venía de antes.

"Vamos Williamson", dice Shelley Levene (Jack Lemmon), "sólo una lista buena, y vas a ver que vuelvo a vender como antes", pero Williamson sólo sonríe y se sigue poniendo su impermeable, afuera está lloviendo a cántaros.

Las listas buenas sólo se le darán a los que hayan tenido éxito en las pasadas listas. Hay que vender propiedades a gente que quiera comprarlas (si son buenas listas, serán buenas propiedades y gente inteligente, si son malas listas, son basuras de propiedades que hay que embutirle a gente boba que quiera comprarlas).

Williamson es el jefe de esta oficina, es jefe sin que se lo merezca (a juicio de los vendedores), es jefe y no hace nada, y lo echa a perder a penas puede (a juicio de nosotros, luego de ver que arruina la venta de Ricky Roma (Al Pacino)). Pero a él no le importa, tiene una familia en alguna parte, a ellos tampoco los soporta, pero este asunto de las listas lo está matando, él podrá ser el jefe, pero se siente en la mierda igual que ellos, sus empleados.

John Williamson sólo quiere terminar su trabajo, como muchos norteamericanos típicos que han caído en la basura-rutinaria-de-un-puesto-de-oficina. Pero él no tiene los sueños que tiene Lester Burnham, o por lo menos, si queremos pensar positivo, todavía no los tiene...

Nadie como John Williamson puede tener sueños, los hijos de perra no tienen sueños, no tienen una vida, no sonríen (a menos que sea de maldad), no son amables a menos que les convenga.


John Williamson es un maldito hijo de perra, y se siente bien al respecto. Este personaje de Kevin Spacey, creado por David Mamet (también autor de la obra de teatro, que en Chile dio el teatro de la UC, con el nombre de "Lomas del Paraiso"), representa todo lo que es odiable en el mundo laboral actual.

El prototipo de jefe insoportable junto a otros prototipos de empleados ambiciosos, frustrados y sobre todo cansados, se conjugan en esta historia. James Foley, lamentáblemente no logra sacarse de encima el que es una obra de teatro, y su manera de filmar aporta bastante poco a la película.

Pero esto también implica que los protagonistas desarrollen sus diálogos y personajes como actores de teatro (Al Pacino, Jack Lemmon, Johnathan Pryce, todos actores que han trabajado en teatro)... A los personajes no les queda otra cosa que ser geniales.