Los
Angeles en los años '50 es una ciudad esplendorosa, lujosa, donde
la felicidad puede golpear tu puerta en cualquier momento, porque
ahí los hombres trabajadores tienen la posibilidad de hacer sus
sueños realidad, y las chicas lindas van directo a la pantalla Technicolor
que hace furor.
Pero
detrás de eso, como dice Sid Hudgeons (Dany DeVito), el periodista
de la poco prestigiosa y muy sensacionalista revista Hush-Hush,
detrás de todo el glamour, las luces y las sonrisas perfectas se
esconden caras menos bonitos, manos un poco más sucias y mucha,
pero mucha oscuridad.

En
este ambiente habitan algunas especies en extinción, un tipo duro
con un gran corazón, una prostituta cansada de su trabajo, un joven
que intenta mantener intacta lo que conocía como moral, y un tipo
que ya lleva mucho tiempo en medio de la basura y la corrupción,
que ya no lucha contra ella, sólo vive y la disfruta, ese es Jack
Vincennes.
La
cámara de Curtis Hanson se dedica durante los primeros minutos de
su película, más que a juzgar a sus personajes, simplemente a mostrarlos
en su ambiente, de la manera más objetiva posible, dejándolos actuar
como cualquier otro día.
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Jack
Vincennes aparece ante nosotros por primera vez bailando con
una chica linda, la seduce
con un tono de voz que parece más claro y nítido que el resto
de las voces y de la música de la escena. Seduce a la chica
contándole que es él quien les enseña a los policías de las
series de televisión cómo deben comportarse, pero que ninguno
le llega ni a los talones. La chica sabe que eso es cierto,
y nosotros también.
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Su
encanto al hablar, su manera de caminar por los pasillos de la oficina
de detectives, o de pararse frente al comisionado y al Capitán Dudley
Smith cuando lo interrogan acerca de la golpiza de la noche de Navidad,
nos revelan una característica inevitable: es un perfecto cínico.
Vive la vida que quiere sin preocuparse de los sobornos, los robos
de evidencia, o los trabajos ilícitos que realiza.
Pero
"Fleur-de-Lis. Whatever you desire..." aparece en su camino. Esa
pequeña tarjeta negra será la invitación a un mundo que él hasta
entonces no conocía, y en el que no permanecerá mucho tiempo.

Este
nuevo mundo es la investigación que lleva a cabo junto a Bud White
y a Ed Exley, donde descubre que todo lo que lo rodeaba no era lo
que parecía, donde desenmascara
a quienes creía tener de su lado, lado al que él creía pertenecer.
El
pecado de haber querido cambiar, de haber deseado comenzar
a actuar de la manera "correcta", de hacer las cosas bien,
de olvidar los pagos del periodista de la Hush-Hush, implicará
una condena muy cara para Jack Vincennes.
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En
eso se parece mucho a Lester Burnham.
Al igual que él, Jack Vincennes toma la decisión de salir del sistema
en el que vivía. Pero al igual que Lester Burnham, nadie le avisó
que si se salía del sistema, sería para siempre...
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