American Beauty (1999)
Dirigido por:
Sam Mendes
Escrito por:

Alan Ball (I)
Cast:
Kevin Spacey
Annette Bening
Thora Birch
Wes Bentley
Mena Suvari
Peter Gallagher
Chris Cooper (I)
Allison Janney
Barry Del Sherman
Producido por:
Alan Ball (I)
Stan Wlodkowski
Musica Original:
Thomas Newman
Pete Townshend (canciones adicionales)
Cinematografía por:
Conrad L. Hall



Nombre: Lester Burnham
Edad: Cuarenta años, con hombros de 70, pero mientras la película avanza, con espíritu de 20, para bien o para mal.
Cargo: empleaducho en una revista por decisión de alguien más; empleaducho de un restaurant de comida rápida por decisión propia...
Su pecado: Haber mirado un poco más de cerca su vida, y haber decidido cambiarla mientras pasaba a un plano general.
Su condena: Morir para frustrar su intento de libertad y el de todos aquellos que lo rodean.


Lester Burnham está a punto de morir, su señora lo quiere matar, su hija lo quiere matar, su jefe lo quiere matar, y aún le queda por descubrir mucha otra gente que querrá matarlo.

Su vida nada fuera de lo normal, tiene, sin embargo, un poco más de fracasos de lo normal, un poco más de patetismo, un poco más de dinero, y un poco más de frustraciones que lo normal. Son todas estas cosas las que empiezan a volverlo un poco menos loco de lo que estaba antes, empiezan a llevarlo a un lugar que creyó conocer alguna vez en su juventud... y que ahora se le vuelven a presentar en una extraña segunda oportunidad (porque sabe que no fue así siempre).

¿Por qué podríamos querer mirar un poco más de cerca (como nos invita el cartel de la película y un recorte en el cubículo de Lester) su vida? Vida que, como él mismo nos cuenta, comienza con (el punto más alto del día) una masturbación en la ducha, continúa con una mujer que tiene una vida perfecta hasta que él aparece, y con una hija que básicamente lo desprecia.

Escucha lo que dice ella de él...Escucha lo que dice él de ella...

Gente incómoda con su piel, incómoda con su trabajo, incómoda con su cuerpo, incómoda con lo que lo rodea, o incómoda con lo que no lo rodea (pero que debiera), he ahí el dilema fundamental de esta cinta. Dilema que de una u otra manera todos los personajes intentan resolver.

Aunque esta resolución no es más que una nueva frustración, porque los sueños que estaban a punto de realizar los personajes, se ven abruptamente cortados, y la libertad que alcanzaron a probar se quita de su camino para dejar paso a la prisión definitiva.

Lester es el ejemplo más claro de un anhelo de libertad que se ve frustrado justo en el momento antes de ser definitivamente llevado a cabo. Lester muere cuando finalmente estaba en paz consigo mismo, cuando podía retomar la vida que llevaba, cuando estaba pasando del primer plano al plano general, cuando la fijación se ha transformado en anécdota.

Pero el resto de los personajes se ve enfrentados a la misma frustración:

Jane, su hija, la chica acompleajada que había superado sus traumas y había decidido irse de su casa, se enfrenta a la muerte de un padre al que detestaba, y no sabe manejar esta nueva liberación, más definitiva de lo que ella esperaba; al frustrarse su intento de huir (de libertad) y aparecer uno no deseado, se queda en la misma cárcel.
Carolyn, la esposa exitista, descubre (también) que el origen de sus problemas es un marido que no le ha permitido, entre otras cosas, cumplir con los ejercicios de sus casetes de autoayuda, y decide liberarse de él, matándolo; pero su deseo de libertad se ve frustrado, una vez más, porque el marido muere antes, y la invade un sentimiento de culpa, que es la negación de la libertad.
El coronel Frank Fitts, nazi desde siempre, aparentemente descubre su verdadera naturaleza al convertirse en homosexual, pero cuando no es aceptado, entonces va por la consumación de lo que es en realidad su verdadera libertad, que es el asesinato, asesinato que llevará a su encarcelación, física.

Si tratáramos de buscar una interpretación bíblica, Lester Burhman vendría a ser el Adán expulsado del paraíso cuando había descubierto la tentación, el pecado. Pecado que se acerca demasiado a la libertad, lo que nos incomoda, porque es difícil aceptar una libertad "impura".

El concepto de libertad que nos muestra Sam Mendes personificado en sus cuatro protagonistas, libre de cualquier moral, o incluso contrario a ella nos choca desde el principio hasta el final. La lujuria de Lester, el adulterio de Carolyn, la deshonra al padre, de Jane, y el asesinato, del Coronel, (libertades, como ya vimos) serán severamente castigadas, por nosotros mientras los vemos actuar... y por el director y el guionista (Alan Ball) cuando terminan con ese abrupto final.

La redención a la que llega Lester (al principio de la película, pero al final de la historia), y que le permite lograr su ansiado plano general, es lo que nos deja un poco más tranquilos, porque ahora conocemos el secreto, porque si él, con su vida lo logró, también yo puedo...